jueves, 27 de marzo de 2008

Texto para Concurso que nunca mandé

PRIMERA PARTE


-¡¿Las 9?!- así de relajada empezó esa mañana de abril para mí. Salté de la cama, me cambié lo más rápido que pude, y sin probar bocado –un sorbo de té, un mate, una galletita, ¡algo!-, me fui a tomar el tren. En otro momento hubiese optado por no cursar a la mañana, e ir directamente al trabajo, pero dado que ya lo había hecho en varias ocasiones, no me quedó más opción que irme para evitar quedarme libre en una materia.
Hacía mucho frío en el andén, pero sabía que segundos después lamentaría estar tan emponchada, y tenía razón, porque cuando las puertas del tren se abrieron, el calor humano que emanaba del vagón me hizo añorar los principios de congelamiento que había comenzado a sentir en los dedos de los pies. El frío siempre es mejor; para mí, al menos, porque de ese modo mi presión arterial se mantiene estable… De cualquier modo, no había tiempo para esperar el glorioso tren local que sale vacío de ahí mismo, Castelar, cada media hora. Por lo que ese tren que abría sus puertas y me recibía con todo su calor iba a ser mi transporte por los siguientes 37 minutos.
“Ah, el calor del hogar”, pensé irónicamente mientras yo, pieza de tetris, me acomodaba entre la multitud que con tanta felicidad se dirigía a continuar su rutina laboral y/o estudiantil. No muy segura de discernir dónde terminaba mi cuerpo y comenzaba el de la ahora-masa-compacta-antes-personas, logré acomodarme contra el respaldo del asiento ubicado al lado de la puerta.
Y el tren avanzaba, y la gente seguía subiendo al tren, y seguía respirando, por lo que la porción de oxígeno que a cada uno le correspondía se hacía cada vez menor, hasta que… oh-oh… empecé a ver las estrellitas que preceden al bajón de presión. Cuando el poco aire que entró al abrirse las puertas en Villa Luro no fue suficiente para reanimarme, me di cuenta de que inevitablemente vendría el desmayo y bajé la cabeza.
-¿Alguien le da el asiento a la señorita que se siente mal, por favor?- escuché sumida en las tinieblas, aferrada a mi bolso como única esperanza de vida. No veía y casi no podía caminar, pero por lo menos escuchaba -¡buena señal, al menos tengo conciencia!. Un chico se paró y me ofreció el asiento, y la bondadosa masa compacta se compactó aun más como para que yo pudiera llegar al lugar que me habían cedido y poder desvanecerme tranquila. y no solo eso: también extendió unos brazos salvadores que me sostuvieron hasta que llegué a mi destino. Evidentemente estaba pálida, blanca, transparente hasta la miseria, porque la chica que estaba sentada al lado mío me hablaba con una solicitud que denotaba verdadera preocupación.
-¿Estás bien? ¿Querés un caramelo? ¿Alguien tiene un caramelo por favor? Permiso, ¿eh? dejo tu bolso en el suelo. Bajá la cabeza. Tomá, olé este perfume que te va a reanimar. ¡Ah, gracias! Tomá este caramelo. Tengo agua; te voy a mojar la nuca con este pañuelo, ¿si?- y mientras hablaba e iba haciendo todo aquello que decía, yo me limitaba a obedecer. A esta altura ya hacía rato que dependía de la bondad de los extraños[1]...


(...)

Otro día la SEGUNDA PARTE -cuando la escriba-.

¡Apasionante final, visita a hospital incluída!


[1] Me tomo la licencia de robar la última frase de la obra de teatro Un tranvía llamado Deseo, del dramaturgo norteamericano Tenesse Williams, para ubicarla en esta parte porque a la ocasión la pintan calva y no quiero que pase y perderla por un pelo.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Un babasónico




Hoy a la mañana salí bastante apurada -como siempre- para la facu/trabajo, y casi llegando a la esquina se me salió el zapato en un momento tan oportuno, que un viejo verde que estaba caminando por la vereda de enfrente empezó a decirme cosas poco agradables para alguien tan simpática con los halagos como soy yo -friiiiiaaa-. Debo reconocer que no dijo ninguna grosería, pero de cualquier manera fue muy libidinoso y todo lo que no dijo con su boca lo dijo con su lasciva mirada .


Para colmo, yo, que sentía cómo el corazón me latía fuerte de la rabia, tenía que cruzar la calle, y al mirar para atrás para cruzar, mis ojos se encontraron indefectiblemente con los del viejo en cuestión, que no tuvo mejor idea que responder a mi mirada de cuartos traseros con nuevas insinuaciones y loas y alabanzas. Lo que el pobrecito no sabía es que cuando me agarra esa cosa, ese latido furioso, es porque hay algo que me hace decir lo primero que se me pasa por la cabeza (como una frase, jipis de mierda, que quedó para la historia, pero no viene la caso), entonces cuando crucé, quedando delante de él, y siempre sin dejar de caminar, me di vuelta y le dije en tonito autoritario similar a la seño que reta a los pendex insoportables: - ¡¡A ver si se calla la boca y me deja de molestar, por favor!!! - o algo así, pero sin ningún tipo de insulto como para no darle pie a su vez a una falta de respeto peor de su parte -con su correspondiente carga sexual.


Él, a su vez, seguía haciéndose el simpático (yo a todo esto me dí vuelta y seguí caminando delante de él), diciendo algo así como "bueno, che, yo nada más te dije cosas lindas" o algo por el estilo. Y por supuesto, una vez más, y esta vez con manito amenazadora al mejor estilo madre-retadora, me doy semi-vuelta (siempre caminando) y le digo: "Mire, termínela, si sabe lo que le conviene" (?????????????????????????????????????????????????)


¡JA! ¿Alguién sabe lo que le conviene? Yo no, pero en ese momento sentí que la Justicia estaba de mi lado, y que decirle al viejo mohoso ese que cerrara bien el... orificio excretor en forma tan carrecta era un acto de justicia para todas aquellas mujeres que tienen que bancarse las asquerosidades de la gente que no es capaz de guardarse las hormonas un ratito, y en vez de eso decide sacarlas a pasear, total todas las minas que vamos por la vida estamos deseosas de escuchar esas frasesitas pegajosas, hechas, susurradas al pasar, cuando no gritadas desde las alturas de los andamios, y eso sin hablar de esas declaraciones explícitas de acción ("nena vení que te agarro y...", etc.).


Y no quiero que nadie lea esto en tono feminista ni mucho menos: no. Ni feminista, ni machista, ni ningún -ista (Rayuela), no me gustan los extremos. Simplemente, es embolante tener que bancarse la impunidad de los comentarios calientes de tipos de por ahí. Y no es la primera vez que le contesto a alguno, ni será la última, pero espero controlarme un poco porque algún día me va a tocar alguno medio revirado y no sé si la voy a contar. Asi que ya saben: si ven que un tiempo no actualizo esto, por favor denuncien mi desaparición porque es probable que haya sido atacada más que verbalmente por un babasónico de esos que transeúntan por la vida...




martes, 25 de marzo de 2008

La inspiración en Buzios

Uno de los fabulosos chistes de Liniers (recomiendo su blog) muestra un tipito que - retomando la famosa frase de Pablo Picasso, "la inspiración existe pero tiene que encontrarte trabajando", o algo por el estilo- está sentado intentando inspirarse, y como remate del chiste, L. dibuja en el último cuadro un bicharraco azul rechonchón que está en la playa, sobre el cual se lee "mientras, la inspiración está de vacaciones en Buzios". Lamentablemente, como no sé -NO SE- usar internet, no puedo buscarlo para ponerlo, por lo que arruino el chiste con la patética explicación, pero bueno...
La cuestión es que, mas allá de la excelente manera que tiene este flaco para "literalizar" (no sé como poner esta idea de hacer literal algo que se debe tomar en sentido figurado, como cuando uno dice " se murió de hambre literalmente"-mmm, pero qué ejemplo poco feliz...) determinadas ideas, realmente creo que si alguna vez la famosa inspiración decidió darme una mano, ahora esta leeeejoooos, leeejooosss, lejiiiisiimos, vacacionando por algún lugar del amplio orbe. Un poco la idea de que alguien taaan cuadrada y tan poco internetauta como yo tenga un blog surge en parte en relación a esto de que si me tiene que encontrar la inspiración... bueno, que me encuentre escribiendo algo, por más prosaico que sea.

Bueno, este post sirve de excusa para recomendar a Liniers... y ver si el bicharraco azul se digna a aparecer para que por fin pueda ganar mi Premio Nobel de Literatura -porque el de la Paz ya lo tengo ganado- :P.


¿Quién tuvo alguna vez una experiencia inspiradora o inspirada?

lunes, 17 de marzo de 2008

Un Imbécil

Hace unos días, unas amigas de la facu me mandaron un mail de esos cadena, en el que denunciaban la muestra de arte de un tal Guillermo Vargas Habacuc, quien no tuvo mejor idea que atar un pobre perro de la calle en una habitación para dejar que se muriera y así los expectadores podrían ver la maravilla de la crueldad humana, la descomposición de la vida, la falta de piedad, la anestesia general que abunda en los corazones de la gente.

Bueno, parece que Un Imbécil como éste es capaz de, a su vez, convocar a otra sarta de Imbéciles que efectivamente fueron a la muestra; "oh, mira cariño ese cuadrito, oh, y un perro muriendo. y ¡oh!, ¡café gratis!" (suponiendo que los imbéciles hablan como una mala traducción).

Patético. Lamentable. Deplorable. Espantoso. El hecho de que se subestime a una criatura de esa manera. Y no cualquier criatura; hay algo en el perro que supera la animalidad general de cualquier bichito que ande por ahí. Un perro es fidelidad por antonomasia. Te puede no gustar, te puede dar miedo o asco, pero es un animal que ha convivido con el hombre por siglos, milenios, no digo millones de años porque no tengo ni idea acerca de la cadena evolutiva de un ser y otro... Pero, un perro... no sé. No puedo poner nada que no suene demasiado cursi, ni "chatranesco" (saben a lo que me refiero). En nombre de mi perra Nora, que se RIE cuando la retan, se los juro por lo que quieran, y que HABLA (dice mamá y bleu -azul, en francés, asi que ¡¡¡encima es bilingüe!!!!!), sólo tengo que decir que este señor es un perfécto IMBECIL que por el momento encabeza mi lista de odios - no voy a poner acá la lista de seres humanoides de la farándula que participan de mi lista, porque me basta con que se difamen solitos con el accionar de cada día-.

Bueno, dejo el link de la página para el que quiera firmar en contra de esta aberración, y me pregunto: TODAS ESAS ORGANIZACIONES PROTECTORAS DE BICHITOS Y YO QUE SE, ¿DONDE MEI ESTABAN CUÁNDO EL PELÓPIDAS ESTE MATABA AL POBRE PERRITO?


Firmen aquí: http://www.petitiononline.com/13031953/petition.html

Nada mas por hoy.

Alimenten a sus perros, y no sientan demasiada culpa al matar a una cucaracha: tampoco vamos a sobreestimar la vida perdonándosela a un insecto asqueroso...

jueves, 6 de marzo de 2008

Foto cortesía de www.multimagen.com (me olvidé de agregar algo muy importante... no queremos andar robando fotos. Tiene autor y se encuentra en esa página, junto con otras fotos alucinantes...)

Estamo' inaugurando, estamo'!!!

Bueno, hola que tal, queridos lectores ausentes de este nuevo blog. Uno más para la infinita cantidad que actualmente existe...

No hay nada demasiado nuevo como para ofrecer en este pequeño espacio, mas que compartir pequeñas experiencias de vida tales como lecturas, películas, un encuentro con alguien en la calle, una foto loca, un cuadro copado, o sea todo aquello que hace de la vida algo a veces prosaico -comunacho, pa' los pibes-, o más bien poético -en tanto singular, o artístico, no significa necesariamente poesía propiamente dicha.

Si alguien escribe un cuento, o lee un cuento, o lee de alguien que leyó un cuento que escribió otro alguien ,y quiere hacer un comentario... pues bienvenido sea. O si encontró en un quiosco aquella golosina de antaño, que comía cuando niño, y nos quiere contar esa sensación de sentir un gusto y que esa sensación venga acompañada de un millón de imágenes o situaciones de la infacia. O si alguien está involucrado en algún proyecto copado, o toca en una banda, o hace parapente, o le gusta mirar el techo de su casa y quiere transmitirlo, buenisimo. Todo vale.

Por mi parte voy a mandar experiencias en general, huevadas, no tan huevadas, etc.

Veremos qué sale. Tengo un par de "gentes" que espero se copen con el asunto. Y si no... bueno, un blog más, uno menos... en fin.

Esta semana, a raíz de un concurso en el que pienso participar, Anécdotas de Viajes (lo organiza Metrovías, informo al que le interese), la propuesta es esa: una anécdota de algún viaje.

Miren que viajar, se viaja a otro país, otra provincia, se viaja a capital para laburar todos los días... o sea, es una noción amplia, eh...!

Bueno, listo, me callé. En cuanto tenga mi anécdota, la subo.

Arrivederchi. (?)