lunes, 29 de septiembre de 2008
Anacronismos y anatopismos
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Más acerca de la Escuelita...
jueves, 11 de septiembre de 2008
Memoria del Camino
En el año 2004 mis viejos hicieron un viaje a España, concretamente al norte, a hacer el Camino de Santiago, una peregrinación en la que ellos caminaron 500 km con 60 años a cuestas cada uno- que no me parece un dato menor, considerando lo que me agito al subir los 3 pisos de la facu, al ir a la oficina donde trabajo. Ellos de casualidad, en otro viaje, hicieron un pedacito de Camino en el 2001 y quedaron fascinados. Y ahorraron. Y se fueron. Con una mochilita cada uno, meses de entrenamiento caminístico, un itinerario meticuloso como solo Ali sabe hacerlos, y las ganas... por sobre todas las cosas las ganas. Y el llamado.
Porque, obviamente, el Camino de Santiago es una peregrinación religiosa, por supuesto. Y si bien hay gente que hace el Camino por cuestiones culturales o incluso deportivas, el fin principal es, fue, y será llegar al apóstol, llegar a Santiago. Con todo lo que eso pueda implicar, que no voy a describir acá, porque creo que es lindo leer el libro.
Pero, para el que no crea en nada o en Nadie, para el que crea pero se desligue de todo culto, o para el que simplemente guste de leer un libro, también puede encontrar lindas razones para leer el libro. Es un texto hermoso porque es de lectura muy ágil. Realmente es muy agradable ir leyendo las peripecias de estos dos personajes en los que se convirtieron mis viejos, ver cómo viven del modo en que hace mil años viveron vaya uno a saber cuántos tipos, nada más ni nada menos que para llegar al mismo lugar al que ellos llegaron.
Se produce un extrañamiento en el lector, que tiene que ubicarse durante treinta días con Mimi y Alicia en un modo de vida totalmente desconocido para nosotros, que vivimos presos del tiempo y la ciudad. Porque son treinta días de vivir entre la naturaleza y de dormir en monasterios o en hospedajes específicos para peregrinos- que no tiene demasiado que ver con el turismo al que estamos acostumbrados-.
Además, están los personajes que se van sucediendo, yuxtaponiendo y cruzando, que van siendo denominados de formas muy precisas y graciosas. La nomenclatura en un don que quedó en la familia y que es muy común por nuestro pagos; es lindo leerlo en el libro y enterarse de quién es la francesa jijijí, el legionario, las viejas Salinas, etc.
Pero además, están las reflexiones que se van suscitando a lo largo del Camino, que lejos -lejísimos- de ser pedantes y/o aburridas, son breves, precisas, interesantes, agradables, y siempre dejan pensando. Son un disparador a la propia reflexión del lector. Son producto de la lectura de toda una vida -una minúscula parte de la lectura de toda una vida-.
Es que el libro, como el camino, tiene una lectura cultural, o religiosa*, mas allá del fin específico y verdadero. Y vale la pena.
Asi que los invito a abrir sus mentes y leer algo distinto, realmente disfrutable (y como, dije en un mail que envié publicitando el texto, siempre dejando cuestiones edípicas aparte: ES un gran libro).
Gracias una vez más por la simple atención, al que se encuentre interesado en comprar este bello libro por la módica suma de $30 le ruego me escriba a sierra.ju@gmail.com
Che, es en serio lo de la venta, ¡eh!
Ahora sí, la próxima prometo no vender nada más.
Saludetes a todos.
*si quieren agregar la "lectura deportiva", para seguir con las tres modalidades de Camino, propongo una maratón para ver cuál de los lectores lo lee más rápido.
martes, 9 de septiembre de 2008
Hormiga
Asi que hoy dejo simplemente una hormiga, como para dar cuenta de mi existencia, y de que proximamente subiré algo nuevo -y actualizaré los recomendados...-.
La hormiga de hoy es pensar, a raiz de algo que escuché por ahí, que lo particular de la música es que muere y renace todo el tiempo. En realidad, no es el único arte que hace esto, porque podríamos decir lo mismo de la danza, y en menor medida también del teatro o la literatura. Pero en estos últimos el soporte -el libro, el escrito- sigue siendo muy fuerte como para predicar una desaparición. Bueno, en realidad, con la danza se podría decir que también es muy fuerte esto, ya que el soporte sería el cuerpo humano. En cambio, la música - dejando de lado su escritura, sino pensando su soporte como el sonido mismo-, la música... muere un poquito.
Es refutable, muy refutable. Pero es un lindo pensamiento.
Saludetes!