martes, 8 de abril de 2008

Tren

Sauna del oeste, efectivo eufemismo. Partes de todo y todo a las partes, instantes, presiones, congestionamiento. Y al fin me encuentro. Mirar, mirar: la vista es protección. Embarazadas, discapacitados y ancianos. El resto en igualdad de condiciones. Odios repentinos, broncas, comprensión global de la superpoblación mundial y por el amor de Dios respirá para el otro lado, aire, oxígeno, éter, algo... Juego, juguemos. Armemos el reino. Veo al rey, la señora podría ser la cocinera, ahí está la princesa. No. Hoy no hay buen reparto. Una parada. Decadencia, cadencia, quetrén, quetrén. Con suerte un pedazo de ventana, con suerte un rayito de luz. Casas, ladrillo feo, ladrillo lindo, mucho naranja. Me gustan los ladrillos. Me gustan las ventanas. Techo 'e chapa. Leer imposible, yoga, tal vez. Elevarse al más allá y bucear en las profundidades del yo, psé... depende qué tan baja ande la presión. ¿Te debo algo? ah, me parecía. Papelitos de todas las edades y tamaños... Muchas ideas, muchas, pero, ¡ah! imposible llegar al lápiz y ni te digo la agenda. Pies, manos, un tatuaje, una cartera en el medio de la espalda. Leyes físicas normalente indestructibles puestas a prueba a cada momento. Y de la metafísica ni te cuento, porque, según se dice, no se puede ser y no ser al mismo tiempo bajo el mismo aspecto. Bueno, parece que casi nunca. Pero nunca, nunca, no. La metafora trillada del agro ya no me alcanza. ¿Vacas?¿Sardinas?¿Habrá conciencia en semejantes niveles de pensamiento? Más que la nuestra seguro: si pudieran elegir no optarian semejante transporte, pero qué digo, transporte, no, no, es la cámara de gas para ellos, el eterno no-retorno... Ah, pero nosotros también tenemos conciencia, digo, no,pero elegimos esto, tal vez no nos quede otra... que baje en la próxima, que baje en la próxima... bamboleo, traqueteo, noche, oscuridad, la única luz es la del gusano movedizo y alguna que otra luciérnaga empotrada más allá. El resto, silencio oscuro. Falta poco, falta menos. El fuelle del bandoneón. Un gran fuelle humano. Un organismo. Las células del gusano. Cada día soy una celula del gusano. Cada día lo alimento. Soy el gusano, soy el dragón, si, mejor dragón es más fuerte, violento tal vez... ruge también. Somos materia viva de lo inerte. Como lo inerte nos compone a nosotros. Castelar solamente.








... bueno, no es que quiera aburrir al público con la temática, pero estoy falta de inspiración -sigue ne Buzios, nomás- y tenía ganas de postear algo. Este es el único texto "literario" que tengo terminado (lo posteado fue o creado acá en el blog, o para el famoso concurso, o el diario... ). Espero levantarme mañana con ganas de escribir algo más original...

Saludetes!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la descripción que diste no podría ser más exacta. Captaste muy bien lo que la mayoría sentimos cuando viajamos en algún trasporte público (el subte no se queda atrás)

Ni deberías pedir perdón, el blog esta para que cada uno escriba lo que tiene ganas, lo que siente y si a alguien no le gusta que no lo lea! n_n

Besos!

Anónimo dijo...

Miles y miles de veces, jure "nunca mas viajo en este tren de mierda", también miles de veces me pregunte "¿Que hice yo para merecer esto?". La relación que me une con el maldito tren Sarmiento es definitivamente de amor-odio.
Amor, por que lo identifico con mi Haedo querido que no existiría sin la mítica estacion de tren, por que cada viernes al volver de la locura de micro centro en mis épocas de sometida secretaria me traía al paraíso , por que la sonrisa de mi hija me llenaba de orgullo cuando con solo un año levantaba su mano y decía "Chau, ten" y podría nombrar unas cuantas cosas mas...Odio, por todo lo antes descripto en el txt por Julia, por que subir a ese tren cada día, verlo pasar cada tarde por la esquina de casa ,me acerca , ver como se viaja me remite al resentimiento que tiene esta sociedad, de la cual soy parte. De ninguna manera nos merecemos viajar de esa forma, pero ...
Seguramente existen otras formas, mejores, confortables, humanas y rápidas para viajar a nuestras casas o trabajos. Yo por lo pronto , ahora que tengo el privilegio de poder estas en casa anidando a mi segundo bb y dedicándome a mi familia, hago el ejercicio de "no olvidar" esas vivencias que durante mas de diez años padecí en mis estadías en el tren. De esa forma siento que puedo seguir pensando " de ninguna manera nos merecemos viajar de esta forma" aunque yo por ahora ( solo por ahora) no vaya subida a ese tren. "El tren" suma a este esfuerzo que hago para no olvidarme de que sociedad soy parte, y por supuesto apostar y accionar para que cambie algún día.
Utópico lo mío no? Muy bueno el txt Juli.
Beso!

Rebecca dijo...

Buenisimo el texto,la descripción es exacta!, yo voy en el sauna se zona sur...(si queres conocerlo en profundidad, andate a donde se encuentra ubicado el "hermoso"? sauna en lugar llamado Constitución al rededor de las 7 u 8 de la noche..Te lo recomiendo!(las fragancias que hay en ese horario son exclusivas!!jeje).
PD: Y como dijieron por ahía arriba no pidas perdón!, cada uno escribe lo que siente en el momento(algunos masos, como yo, otro muy bien como vos!).Asi que segui escribiendo así..que nos encanta

Joseph dijo...

A mí me pareció muy bueno el texto. De hecho, por un momento me sentí como si estuviera viajando en el tren Sarmiento.

O mejor dicho, en un colectivo. Hoy me acordé de el post donde contaste tu odisea por tu desmayo en el tren. Porque iba viajando en colectivo hacia Retiro, y a la altura del Congreso, sentí una oleada de olores. Olores de todas las personas. Pensé Man, se llama desodorante y es barato. Me bajé del colectivo ahí nomás y seguí mi camino a pie para tomar aire.

No quería desmayarme y que me llevasen al Ramos Mejía.

¡Beso!

Julia dijo...

Buenaaass...
Respondo:

Mentecatas:

Je... seee... no es más que una experiencia colectiva desde un solo punto de vista... ¡Bienvenidos al Sarmiento!

Anónimo, que sos Viro (je):

Gracias por Postearrr!!! Sabía que ibas a poner algo muy copado...
De utopías no se vive... pero por algún lado hay que empeza, y qué mejor que soñando, ¿no?
Parece una boludez, pero el tren, y en general los medios de transorte, son un gran foco por el que se libera y a la vez se genera toda la violencia que hay en la sociedad. Insultos, empujones, malos tratos, caras de ortos... y encima viajar enlatado cuando uno está muerto y quiere irse a su casa a dormir porque al otro día empieza todo de nuevo...

Besoo Viro, pasate seguido!



AF:
En cuanto a tu invitación de conocer tu tren... ¡paso, gracias! con el mío por ahora tengo sufiente; cuando esté falta de ideas capaz me pegue una vuelta... jee


Marlboro-Man:

No. No te desmayes y que te lleven al Ramos Mejía. ¡O sí!¡Y posteás una aventura loca y das una vuelta en ambulancia!

El tema de los olores es terrible. Hay cosas que SON evitables. La falta de desodorante es una de ellas... además una vez me puse a meditar acerca de qué es oler -tengo esas cosas- y llegué a la conclusión- después corroborada científicamente- que lo que te llega a las "papilas" nasales (no sé como se llaman, por eso uso las de la lengua para explicarme) son PARTICULAS de aquello que olés. Asi que, si hay olorcete a elementos varios expelidos por el cuerpo humano, ¿qué pensás que está absorbiendo tu nariz?.

Es un asco. lo sé.


¡¡Saludetes a todos, sigan pasando!!!

Anónimo dijo...

Sencillamente increíble esta prosa. Ya te lo había dicho en otro momento, pero describís de una manera que a quien no viajó en el Sarmiento -obviamente no es mi caso-, creo que le daría ganas de viajar a ver si le genera semejante dosis inspirativa. Genial, Juli, ¡¡¡seguí esquirbiendo!!!
¡Te quiero mucho!
Caro.

Anónimo dijo...

Blues del Sarmiento

Dejaste tus costillas al entrar
dirigiste tus sonrisas al diván.
Nervioso, sombrío, aliviado, un poco dormido
emprendiste el solamentecastelar.
Tanto duele el sonido del trombón
o lo que sea que anuncia su llegada:
un ruido gris, grito suplicante, rea amenaza dibujada
en su frente singular.
Blanca y celeste, mas no la insignia patria
no es tampoco una nube sin el sol...
estás tieso, totalmente inmovilizado
hasta la próxima estación.
Blues del tren ¡cuántos ya que hay!
desconozco, si alguno del Sarmiento
al fin y al cabo yo te miro
-por el vidirio que une y separa-
curiosamente unidimensional...
Saliste de tu casa sin bañarte,
dejaste el cepillo en el corredor,
confundiste la camisa con un viejo camisón,
enredaste ya tus náuseas al pantalón.
Corriste a la puerta del costado (bien atrás...);
tus cálculos -creías-, ¡una perfección!
una obra maestra, una biblia y un calefón...
esas vías no las manejabas vos...
esas vías no las manejabas vos...
Blues del sarmiento, ¡cuántos habrán por allá!
Blues del sarmiento, de acá sin mirar
qué es lo que me espera, qué es lo que me espera,
qué es lo que habrá por llegar.